Se puede considerar como la madre del pensamiento científico. Conduce al cuestionamiento del mundo para así poder entenderlo y establecer nuevos objetivos con el propósito de mejorarlo.
Ante un suceso inesperado los seres humanos caemos en el lamento y echamos mano de la queja. De esta manera lanzamos la responsabilidad fuera ya que es más fácil desviar la responsabilidad hacia alguien o algo externo que reconocer y asumir nuestra propia debilidad.
Ortega y Gasset diría que “Hemos perdido el sentido de la perspectiva” provocando con ello que durante los dos últimos años se haya sedimentado cierto poso de desánimo provocado por las crisis económicas, las huelgas de controladores, la erupción del volcán islandés, la inestabilidad política o la COVID-19.
Algo que ha caracterizado al sector hotelero en los últimos tiempos es la resiliencia, esa capacidad de superar las adversidades a las que nos enfrentamos asiduamente. Y cuando parecía que veíamos los ansiados brotes verdes, nuestras alarmas se reactivan con el revés del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Uno de los pilares fundamentales del Revenue Management es la toma de decisiones. Cuando vamos a tomar una decisión, ésta se encuentra enclavada en distintos contextos y saber interpretar ese contexto es esencial para que el pensamiento evolucione.
Algo que me hace recordar la Teoría del caos, que en términos generales, estudia la sensibilidad de algunos sistemas, en los que un pequeño cambio, puede generar grandes consecuencias. Es la ciencia del proceso, el intento del conocimiento de lo que va a suceder, no de lo que es o de lo que permanecerá. Esa famosa bolita de cristal que todo Revenue Manager lleva en el bolsillo.
¿Cuándo crees que volverán a viajar los americanos? ¿Cómo ves la primavera del 2022?
Con el caos aparece la idea de la no linealidad y, en general, se establece la enorme dificultad de predecir la evolución de determinados sistemas.El ser humano por norma general es intolerante a la incertidumbre.
En materia de Revenue, para tomar decisiones acertadas tenemos que tener en cuenta, como mínimo, estos dos factores: las circunstancias y el contexto en el que vivimos.
Uno de los filósofos griegos, el estoico Epicteto, decía que debemos plantearnos qué cosas dependen de nosotros y qué cosas no dependen de nosotros. Debemos eliminar aquello que no podemos controlar y focalizarnos en nuestra esfera de control con la intención de mejorar lo que se pueda mejorar.